Alma, su primera vez.
Esta historia
ocurrió en este verano en el pirineo Jorge y Rosa son unos amigos, bueno mas
que amigos solo conocidos. Los conocí a través del deporte que practica mi hijo
y que va ligado al de un hijo de esta pareja nos veíamos de ves en cuando y el verano
pasado nos invitaron a pasar unos días en una casa que tienen en la montaña.
Supongo que
algunos se rasgaran las vestiduras al leer este relato pero como pasó quiero
contarlo.
En el mes de
agosto pasamos unos días en casa de esos amigos. El matrimonio además del hijo
de 15 años también tienen una hija de 18 años. Como las vacaciones son para
descansar y hacer cada uno lo que le apetece, cada uno se montaba su historia,
igual salíamos juntos a dar una vuelta que uno u otro se quedaba solo en la
casa y los demás se iban. Así fue que un día que todos decidieron ir a Vaquería
Alma y yo decidimos no ir y quedarnos en casa. Alma es la hija de estos amigos,
es alta delgada súper formada para su edad, deportista con mas de un trofeo y medallas
en sus vitrinas.
Serian las 5 de la
tarde cuando me levante de la siesta y me dirigí al baño para ducharme una vez
dentro me di cuenta que el calentador estaba apagado así que pedí a Alma que lo
pusiera en marcha para darme una ducha, así lo hizo, al volver abrió un poco la
puerta de baño para decirme que ya estaba en marcha, yo desnudo no pude evitar
que mi cuerpo quedara reflejado en el espejo y ella me pudiese ver, me di cuenta
por la cara que puso que había visto lo que me colgaba entre las piernas, he de
decir que en eso la naturaleza ha sido bastante generosa conmigo ya que el pene
en erección me mide unos 20 cm
reales y algo mas de 14 cm
de perímetro. No le di mas importancia pero al salir al salón con una toalla
enroscada me fije en que Alma me miraba diferente a como lo hacía hasta ese
momento, no sabia muy bien como me había mirado antes pero desde luego no lo
había hecho como lo estaba haciendo en esos momentos, estaba estirada en el sofá
con los pies estirados enseñando las braguitas diminutas del traje de baño y llevaba
una camiseta de tirantes sin sujetador donde se marcaban los pezones. La verdad
pensé es que esta para comérsela pues tiene un cuerpazo que ya lo quisieran
muchas de las que se ganan la vida desfilando en las pasarelas.
- ¿Que tienes calor? Le pregunte
medio en broma.
- Si respondió al tiempo
que sin decir más se apartaba en el sofá dejándome sitio.
-¿Que estas
viendo? Pregunte refiriéndome a la televisión.
- En la tele nada en especial.
Y diciendo esto me
coloco las piernas encima de las mías, aunque me quede un poco cortado no le di
demasiada importancia pues suponía que para ella era algo habitual, aunque llevaba
tan poca ropa y su cuerpo ya no era el de una niña.
Mientras tenia las
piernas encima mío observe como las movía abriéndolas y cerrándolas y cada vez que lo hacia dejaba
ver sus braguitas metidas por la raja de su culito y enseñando por un lado
parte de su sexo, la niña me estaba poniendo como una moto y debajo de la
toalla algo estaba pasando, ella se dio cuenta y se quedo mirando
descaradamente.
-¿No llevas nada debajo de la
toalla verdad? Buf creí morir menudo corte, me costó encontrar una contestación.
- No, la verdad es que no llevo
nada.
- Pensaba ir a cambiarme ahora
para darme un baño en la piscina.
Antes de que se
diera más cuenta de mi erección me levanté y me dirigí a la habitación donde
nos habían alojado a cambiarme y ponerme el bañador.
Cuando salí de la
habitación Alma ya no estaba en el salón, oí chapoteos en el jardín y era ella
que estaba dentro del agua.
Por muchos esfuerzos
que hiciera el calentón que había cogido al ver parte de su cosita antes en el salón
hacia que el bulto del bañador fuera imposible de disimular, Alma al verme
llegar seguía con la mirada fija en el bulto y de nuevo descarada me dijo.
- Creo que necesitas un chapuzón
urgente mente jajá jajá.
La jodida me
estaba provocando, mientras me dirigía hacia el borde de la piscina observe que
ella estaba completamente desnuda.
- ¿Pero chiquilla que haces?
- Como que hago.
- ¿Pues que vas desnuda, si
viene alguien y te ve que crees que puede pensar?
Siempre me baño
desnuda además hace tiempo que deje de preocuparme por lo que piensen o digan
los demás respondió y me increpó para que dejara de ser tan mojigato y me
metiera en el agua. Me acerqué al borde de la piscina para meterme en el agua
cuando volvió a dirigirse a mí.
- ¿Es que no piensa bañarte
desnudo?
- Tú estás loca chiquilla. Si
llegan tus padres me cortan la cabeza.
Te parezco una
chiquilla, mientras decía esto de un salto salio del agua y se paseo por el
borde del agua como sus padres la trajeron al mundo, después de sonreírme
picaronamente se volvió a tirar al agua viniendo hacia ami e intentando sacarme
el bañador por los pies. Como no la deje a solo unos CMS de mi rostro me dijo.
- Venga no seas tan puritano y quítate
el bañador que vea que escondes ahí debajo
- Enséñame que tienes ahí
que abulta tanto.
- QUEEEEE? estas loca criatura.
- Va por fa nunca he visto una
grande.
-Que dices y tu que sabes.
- Si sé, te la he visto antes
en el baño reflejado en el espejo. ja ja ja, además el bulto del bañador
tampoco miente.
-¿Pero bueno Alma tú estas mal
de la cabeza?
- Por favor solo verla, enséñamela
y yo te enseño el mío.
- Pero que dices loca.
- Que me vas a poder enseñar tú
si vas desnuda del todo.
- Venga no seas malo, no diré
nada a nadie te lo juro.
La verdad yo
estaba bastante excitado y mi polla aumentaba por momentos, Alma me bajo el bañador hasta los pies, por
favor date la vuelta me decía, me quede un instante quieto y callado y sin mas
me di la vuelta, la cara de Alma era para verla los ojos como platos la boca
abierta y vi como sus pezones se erizaban poniéndose mas tiesos, antes de darme
cuenta mi polla pego dos latigazos hacia arriba y empezó a crecer aun mas, quise
disimular hundiendo el cuerpo en el agua pero Alma me decía:
- No, no déjala crecer es una
pasada, ¿todo eso se pone duro??
Una de sus manos
acarició mi polla que parecía un mástil aun estando dentro del agua.
- Pero niña basta
ya, vas a hacer que me vuelva loco, eres solo una niña.
- No, no mira, mira lo
que tengo yo para que se tranquilice y se abrió de piernas intentando estirar
mi mano y llevarla entre sus
piernas ante mi tenía unos pechitos como
nunca había tenido delante se acercó mas a mí mirándome y mirándose sus pechos
ofreciéndomelos yo no podía aguantar mas y acepte acariciando uno y pellizcando
el pezón del otro al tiempo que mi polla seguía creciendo dando saltitos hacia
arriba, estaba dura como una piedra y
desafiante. Ella se acercaba para sentirla rozar entre sus muslos. Alma
mirándola fijamente me dijo:
- Eso a mi no me cabe en ningún
sitio.
- Eso crees, contesté.
- Nunca he visto algo tan
grande ni tan gordo.
- Cuantas has visto tu le
contesté?
L verdad es que algunas pero
ninguna como esta, y su mano bajo el agua me la agarraba apretándola.
Yo no pude
aguantar mas y metí la mano entre sus piernas y pase los dedos por su sexo que
estaba caliente, metí primero un dedo después dos en su rajita y jugueteando le
produje los jadeos y convulsiones, ella mantenía sus piernas abiertas y se
aguantaba con sus manos en el borde de la piscina no se atrevía a decir ni hacer
nada, cogí una de sus manos y la puse en mi polla, ella la apretó con fuerza deslizándola
hasta apretar los huevos que parecían
dos bolas de billar de duras y gordas.
- Ven tócala y acaríciala. No
es eso lo que deseabas.
Me acerqué más a
ella y seguí a acariciando sus muslos con la mano entre sus piernas y volví a
meter un dedo en su rajita y luego busque su clítoris que empezaba a hincharse,
mientras, con la otra mano le acariciaba los senos y besaba y mordisqueaba su
cuello.
Alma empezó a
suspirar y jadear apretando sus muslos.
- Me corro gritaba,
sigue, sigue.
-
¿¿que??? Respondí.
Entonces ella jadeante
y con la carita roja me dijo.
- Vamos ami
habitación estaremos mas cómodos.
-Estas loca Alma, pueden venir
tus padres y pillarnos
- Te ruego que no me rechaces,
quiero que me la metas quiero perder la virginidad contigo.
- Eres virgen?? Joder joderrr
grité con algo de preocupación.
Alma salio del
agua y me invitaba a salir en esos
momentos no podia pensar ni rechazar sus suplicas, solo veía aquel cuerpo joven
y maravilloso que me deseaba tanto como yo la deseaba a ella, salimos del agua
y ella me llevó de la su mano hasta su habitación, entramos, nos estiramos en
la cama y deje de pensar en todo lo que no fuera disfrutar de aquel joven cuerpo.
Tumbada en la
cama, separé sus piernas y besé y chupé su almejita hasta hacer que se
corriese. Cuando noté la humedad de sus flujos le metí un dedo buscando
encontrar ese punto maravilloso (G) comprobando que me había dicho la verdad,
era virgen ya que mi dedo no se hundía hasta el fondo en su rajita. Su himen
estaba intacto y eso podía ser un problema, en ese momento pensé que podría
sangrar mucho al romperlo y como explicarlo si tuviera que llevarla al hospital.
Ese pensamiento solo desapareció de mi mente al sentir su manita apretar mi
polla y mis huevos. Saqué el dedo y lo chupé, deleitándome con el sabor de sus
jugos algo salados.
- No pares por
favor, no pares, sigue chupando, creo que no se enteraba de nada estaba tan
excitada que ni se enteró de lo que la advertía, yo estaba al limite de mi
excitación con mi lengua en su sexo y mordisqueando su clítoris ella seguía repitiendo.
- Mee corrrrroo,
me corroooo.
En ese momento
sentí en mi boca los fluidos de su sexo, Alma se había corrido, había tenido un
orgasmo tan fuerte que mas que correrse parecía que se meaba de la cantidad que
había depositado en mi boca y lo seguía haciendo.
Después de
descansar unos segundos, me situé sobre
ella, abrí sus piernas y colocando la punta de mi polla frente a la entrada de
su encharcada rajita. Comencé a rozarle de arriba a abajo empapando la cabezota
hinchada de mi polla roja con sus fluidos para favorecer la penetración. Poco a
poco comencé a empujar hasta con un poco de esfuerzo ver como desaparecía
dentro la cabezota hinchada. Su rajita era muy estrecha.
Empecé a empujar ya
con la cabezota de la polla dentro pero algo frenaba y no me dejaba avanzar. Seguí
empujando suavemente y de un golpe le entró hasta la mitad, Alma se quejaba del
dolor, seguí empujando y poco a poco y despacio se la enterré hasta el fondo,
ella al sentir toda dentro dio un grito y un suspiro, en su cara se reflejaba
el dolor de su garganta salina soplidos hondos. Le pregunte si le dolía mucho, me
dijo que siguiera que le gustaba, sentía como con una de sus manos comprobaba
hasta donde la tenía metida, me decía con jadeos entrecortados que no podía
creer que le hubiera entrado todo aquel trozo de polla en su estrecha rajita.
Se a saqué despacio
hasta dejar dentro solo la punta para volver a empujar más y más hasta que toda
volvía a desaparecer dentro de su cuerpo y los testículos chocaban entre sus
ingles.
Las primeras embestidas
siguieron siendo gemidos de dolor, poco a poco dejo de sentir dolor y notaba en
sus rostro que sus jadeos eran de placer.
Notaba el calor de su rajita presionando
mi polla y dejé que mi tranca creciese aún más dentro de ella.
Seguí con el mete
y saca que resultaba de lo mas placentero, se la sacaba casi toda y la volvía a
meter hasta el fondo mientras ella suspiraba de placer hasta que de nuevo volvió
a correrse ruidosamente.
Cuando noté que mi
cuerpo no aguantaba más comencé un suave bamboleo que me alejaba del suave
vello de entre sus piernas para volver a hundirme dentro de su rajita. Aquella
sensación de placer duró un buen rato hasta que noté que la calentura me
invadía y no podia aguantar más y deje que la leche comenzara a fluir desde mis
huevos. Empujé todo lo que pude cuando el primer cañonazo salía de mi polla
para empotrarse en el fondo de su almejita Alma al sentir el chorro dio un
grito de placer. Gemí como nunca antes lo había hecho, nunca había desvirgado a
ninguna de las mujeres que habían pasado por mi vida, mientras ese placer la
leche seguía saliendo impulsada llenando la rajita de aquella jovencita que se deshacía
de placer bajo mi cuerpo. Mi cuerpo se desplomó cayendo sobre el de la
chiquilla, sintiendo se clavaban sus pezones en mi pecho. La besé en los labios
y las lenguas se entrelazaron. Aquel polvo casi acaba comigo. Tras unos minutos
con la polla aún dentro de su rajita sintiendo sus contracciones comencé a
reaccionar. Me incorporé un poco para chupar de nuevo sus pechos. Al contacto de
su la suavidad de su piel mi polla comenzó de nuevo a engordar. Comencé a bombear
de nuevo en su maltrecha rajita. Ahora los movimientos eran más pausados, quizás
por el cansancio pero más lubricados por la cantidad de leche que se derramaba
de su almejita al entrar y salir. No sé cuanto tiempo continué clavándome
dentro de ella.
- Cuando note de nuevo mi
orgasmo ella se había corrido dos veces mas, le grité córrete conmigo mi niña, córrete
conmigo.
Seguí follándola
hasta que no pude aguantar más. Alma comenzó a moverse al compás de mis
envestidas hasta ordeñarme los huevos de nuevo. Cuando mi leche volvió a
estrellarse en el fondo de su rajita Alma se corrió apretando mi polla con las
paredes de su rajita y prolongando mi corrida más y más hasta elevarme al paraíso.
Nuestras bocas se
juntaron enmudeciendo nuestros gritos. De nuevo volví a caer desfallecido sobre
su cuerpo.
Pasados unos
minutos me eché a un lado saliendo de su cuerpo, Alma se llevó la mano entre
sus piernas y se abrazó a mi cuerpo susurrándome al oído que había sido el día
mas feliz de su vida la polla algo ensangrentada reposaba sobre las sabanas también
manchadas, mas tarde le pregunté como iba a hacer para que no las vieran, ella
le quitó importancia ami comentario.
Nos levantamos,
nos duchamos y salimos a comer fuera, al caminar Alma se quejaba del dolor que
sentía entre sus piernas pero a la vez me decía que teníamos que volver a
repetirlo, me comentaba que cuando le contara a su amiga Leyre la polla que había
acabado con su virginidad no se lo iba a creer, le dije que no se le ocurriera
contarlo, que tuviera cuidado que si sus padres se enteraban que había sido yo podíamos
tener problemas los dos, se reía y me prometió no decir con que persona había
sido.
También esa tarde
la acompañe al ambulatorio a que le dieran la píldora del día después ya que no
habíamos tomado precauciones.
De esto han pasado
nueve meses y seguimos viéndonos de vez en cuando para retozar juntos Alma me
ha hecho prometer que algún día también tengo que ser yo el que desvirgue su
otro agujerito, aunque yo prefiero seguir perforando el mismo.