Los relatos publicados en este blog son el recopilatorio de historias y situaciones vividas durante parte de mi vida. Durante algún tiempo me he sentido culpable de alguna de mis relaciones antes de leer en este medio que hay mucha gente con historias similares o parecidas. Mi primera relación de sexo fue antes de cumplir los quince años, la ultima hace unos meses. Algunos de los relatos os parecerán inventados y no os culpo si no habéis vivido alguna situación similar o parecida.

viernes, 15 de abril de 2011

Maria, la sirvienta de mi tio


Entonces me di cuenta de lo que estaba sucediendo, era María la asistenta de mi tío que me estaba avisando de que me había quedado dormido y que iba a llegar tarde.
María era una chica con una larga melena morena, bastante joven que atendía a mi tío desde que murió su mujer, se había quedado viuda hacia siete años y la trataban como si fuera de la familia.

Tenía 38 años y era de estatura media, con una cara que indicaba que de jovencita debió de haber sido muy guapa y con un cuerpo exuberante. bastante pecho, de caderas más bien hinchas piernas bien torneadas y lo que más destacaba en ella era su trasero, trasero que según la ropa que vistiese resultaba muy atractivo.
La verdad nunca me había llamado la atención, nunca me había parado a mirar con detalle su cuerpo, hasta ese día que vino vestida de una manera especial.
Ese día vestía un conjunto de blusa y falda algo más corta que de costumbre, blusa que tenía un enorme escote en pico que enseñaba más de lo habitual sus generosos pechos, pechos que parecían más grandes de lo habitual, debido al sujetador que se los apretaba y subía.
La verdad ese día estaba mucho más atractiva y empecé a verla con mucha excitación y observándola con más detalle.
Y al partir de ese día solía imaginar, qué cara pondría si yo la cortejaba, que cara pondría mientras le llegaba el orgasmo, que cara pondría mientras recibía los envites de mi polla. Y la verdad es que hacía tiempo que ninguna mujer me excitaba hasta tener que hacerme alguna que otra paja, cosa poco habitual cuando se van a cumplir los 60 años.
Me incorporé de la cama a toda velocidad y abrí el armario para seleccionar la vestimenta de ese día. Tenía poco tiempo para llegar puntual a la cita con mi primo, las copas de la noche anterior fueron, la verdad, demasiadas, no estaba acostumbrado a beber.
Cuando cerré el armario y giré pude ver como María seguía en medio de la habitación totalmente inmóvil, con la mirada perdida y una expresión de total asombro.
- María qué sucede? ¿Te pasa algo? -
Ella seguía sin moverse y yo estaba empezando a preocuparme, - pero qué te pasa? dime María qué te pasa?
Busqué el punto en el cual tenía María la vista fija y al final lo encontré.
Era mi paquete. Yo esa mañana como muchas otras me había levantado con una erección más que importante y ella no apartaba su mirada de ahí.
Perdona María.
- no sé qué me pasa pero últimamente me levanto siempre así - dije yo con intención de enfriar la situación, mientras colocaba la ropa que me iba a poner encima de la cama.
- joder María ni que nunca hubieras visto un tío con una erección, supongo que a tu marido lo verías así alguna vez no? - la verdad la situación comenzaba a gustarme mucho.
- es que, es que, es enorme, debe ser enorme - , respondió al fin ella
- bueno la verdad, creo que está bastante bien. Me atreví a comentarle.
-pero creo que quien debería comparar y juzgar eres tú, tu podrías comparar la mía con la de tu esposo si quisieras.
- María tú dirás, si quieres te la enseñe y así la comparas - dije yo picaronamente mirándola a los ojos.
- no está bien hacer estas cosas, soy una mujer viuda si se enterasen en el pueblo todo el mundo me trataría de puta, pero la verdad solo he visto la de mi difunto marido y me gustaría vértela, debe ser enorme

Sin darme cuenta y sin poder explicar muy bien porqué estaba comenzando a excitarme y tener una erección cada vez más poderosa. Decidí continuar con el juego y dí un paso más.
- está bien, te la enseñaré y después me darás tu opinión.
Me saqué la camiseta y a continuación el pantalón del pijama, quedando solamente tapado por un bóxer elástico que parecía una segunda piel.
- dios mío, que paquete, es, es, tiene que ser enorme. - exclamó ella.
- quieres que siga? de verdad quieres que me desnude del todo, que me quite el calzoncillo?
- volví a preguntarle para saber bien hasta donde estaba ella dispuesta a llegar.
- si, si quiero que te los quites.
Me quité el bóxer y antes de quedarme como mi madre me trajo al mundo, oculté con mis manos mis genitales.
- bueno María ya que insistes, aquí tienes, a ver qué te parece - y después de decir esto retiré mis manos dejando a la vista mi polla y mis huevos.
- diosssss, es enormeeeeee, es muchísimo más grande que la de mi marido, es enorme, dios que polla mas hermosa
No paraba de exclamar y tenía una expresión en su mirada de absoluto asombro.
- así que te gusta eh?
- te gustaría tocarla?
- vamos María si quieres tócamela, es toda tuya, ven y atrévete.
Volví a dar un paso más. La verdad nunca había imaginado estar en esta situación así.
Nunca imaginé estar totalmente desnudo y empalmado como un burro delante de María la mujer que cuidaba mi tío y lo que más me sorprendía era que cada vez estaba más excitado y la tenía más gorda.
María dio un paso hacia mí, lo suficiente para tener a su alcance mi tieso rabo.
- si quieres tocarla, tócamela, estoy a tu entera disposición, pero no me responsabilizo de lo que pueda suceder luego.
María no dijo nada, solo miraba, miraba y contemplaba mi polla levantada hacia ella, como invitándola a tocarla.
Alargó la mano derecha y agarró con fuerza mi miembro.
- dios estáaaaa durisimaaaaa y muy caliente.
- uhmmmmmm si que gustoooooo, siiiii.
- mis primeros gemidos empezaron a escucharse en la habitación, mi tío había salido a casa de una de mis primas, estábamos solos.
Con la otra mano agarró mis huevos y de inmediato comenzó a pajearme.
- siiiiiii, siiiiiiii joderrrrrr que gusttooooooo diossssss, que bien lo haces.